Eryngium proteiflorum

Eryngium proteiflorum

Diamida Ordaz on her film Eryngium proteiflorum


At Equinox Mountain Film Festival (celebrated last June) we were fascinated by the work of Mexican filmmaker Diamida Ordaz. Her documentary style short film Eryngium proteiflorum focussed on a rare flower only found in Mexico.

The eryngium proteiflorum, commonly known as ‘toad grass’ or ‘mountain rose’, is a perennial herb endemic to the Mexican Transversal Volcanic Axis that grows in colonies between sand, grassland, rocks, wind, moisture and polarizers such as bees and flies, at altitudes of between 3,100 and 4,200 metres. Its latency and dissemination period begins in spring, when the spores that will give rise to hundreds of new eryngiums spread. Then, the flower shows its beauty: golden-yellow tones colour the plant. Though appearing to be dry, this is when the eryngium is more alive than ever and if it’s picked (as it is often by hikers) its offspring is lost, accelerating the extinction of the species. Climate change and forest fires are also reducing drastically the habitat of the eryngium.

What follows is a text by Diamida Ordaz, written for A La Luz in its original Spanish.

Eryngium proteiflorum porque es un ser, porque me acompaña, porque está ahí y no la quiero ignorar, porque inminentemente va a desaparecer y tal vez habrá un día en que el registro visual sea la única manera de percibirla, porque no es utilitaria y si aprendemos a amar lo que “no nos es útil” sabremos amar y proteger lo que sí; porque me gustan las eryngium y filmarlas y escribirles son formas de tenerlas cerca sin dañarlas, porque eryngium proteiflorum es sólo una flor entre muchas y al mismo tiempo, metafóricamente, es cada ser vivo.

Existe el espacio-tiempo ideal, con las condiciones apropiadas para que cada organismo cumpla su ciclo de vida: nacer, vivir, tal vez perpetuarse y morir. Existen los lugares para ser en plenitud, los hábitats y cada especie tiene el suyo. Cada cosa tiene su espacio-tiempo y la reflexión sobre el derecho humano a alterarlo toma relevancia en un momento histórico donde proteger al medio ambiente y la biodiversidad se convirtió en una lucha por la que son asesinados muchos de quienes deciden lucharla, llegamos al momento histórico en que se arrancan vidas de los humanos que deciden dejar de arrancar vidas de otros seres. 

La eryngium proteiflorum, comúnmente conocida como hierba del sapo o rosa de las montañas, es una hierba perenne endémica del Eje Volcánico Transversal Mexicano que crece en colonias entre arenal, pastizales, rocas, viento, humedad y polarizadores como abejas y moscas, en altitudes aproximadas entre 3,100 y 4,200 msnm. Su periodo de latencia y diseminación empieza en primavera, cuando se esparcen las esporas que darán origen a cientos de nuevas eryngium, entonces la flor se torna muy bella, amarilla/dorada y aparenta estar seca por lo que muchos visitantes a las montañas la arrancan, esa humana costumbre de apropiarse y atrapar lo que nos gusta sin reparar en los daños; en este momento las eryngium se encuentran mas vivas que nunca y al arrancar una flor eliminamos también a toda su descendencia acelerando la extinción de la especie. Esto sumado al cambio climático y los incendios que están reduciendo drásticamente el hábitat de la eryngium.

Las eryngium proteiforum han acompañado por siglos a quienes visitan las montañas mexicanas, están ahí generando el amor que se tiene por aquellos seres que son parte del camino y aunque no se les ponga atención siempre y a veces los demos por hecho, el día que no estén será notable y sentiremos que algo falta. Cada ser humano tiene sus eryngium, no se trata sólo de esta flor, se trata de cualquier ser que convive con nosotros, de lo ético sobre arrancar vidas, sobre apropiarse de lo que nos atrae al punto de no importarnos si lo destruimos, se trata de amor, del deseo y acción por que lo amado esté lo mejor posible aunque eso implique no tenerlo con nosotros.

La capacidad de destrucción se hace potente cuando se priorizan, consciente o inconscientemente, la comodidad y satisfacción de deseos. Parece que para la naturaleza humana la protección del medio ambiente se convirtió en un asunto de alta conciencia, encuentro indicios de que las civilizaciones primigenias tenían más claro que si destruimos el entorno nos estamos auto destruyendo, el Poeta Tlatoani Nezahualcóyotl pudo expresarlo de la forma más simple y bella, “…¿Nada dejaré en pos de mi sobre la tierra? ¿Cómo ha de actuar mi corazón?…Dejemos al menos flores…”.

La especie humana, antes que al planeta, se está matando a sí misma destrozando su hábitat y en el proceso precipita la extinción de varias hermosas especies. Todo cumple su ciclo, la eryngium proteiflorum cumplirá el suyo y tal vez no podemos evitar su extinción, pero podemos dejar de apresurarla, simplemente no arrancándola. Nada nunca será más bello y pleno de lo que puede ser en el lugar que cuenta con las condiciones idóneas para su existencia. 

Para muchos es sólo otra flor, sin importancia ni utilidad, pero para otros es una acompañante en el camino, otro ser que merece vivir en paz. Ella cohabita con nosotros, disfrutémosla amándola y si nuestro deseo de ella es incontrolable, accionemos nuestras cámaras, pintémosla, escribámosle poemas… pero dejemos vivir en plenitud a la rosa de las montañas.”


The film Eryngium proteiflorum addresses the life process of this native flower of the Mexican Transversal Volcanic Axis. Its habitat is disappearing due to climate change and human activity. Dia Amida’s film fosters actions for the conservation and dissemination of the species and hopes to bring awareness around the richness and vulnerability of the biodiversity of Mexico. The documentary has been featured in festivals and venues such as the National Museum of World Cultures of Mexico, Hidalgo International Film Festival, Tulum WE Film Festival, Shorts Mexico Festival, Vasconcelos Library, National Cineteca, Equinox Mountain Film Festival, Vermont, USA; Milan Mountain Film Festival, Italy; Cinema Verde International Environmental Film & Arts Festival, Florida, USA, among others.

Dia Ordaz (aka Dia Amida) is currently working on her PhD. She has studied Dramatic Literature, Theatre, Cinematography and Neuro-aesthetics. Her work focusses on the relationship between art, science and biodiversity. She is currently working on the project Habitat, a series of short films about endemic species in Mexico. Eryngium proteiflorum is the first documentary of this initiative. Dia collaborates with a wide range of educational institutions and artistic projects in Mexico such as: the University of Guanajuato, the National Center for the Arts, the Ministry of Public Education, Principles of Arts of Complexity (interdisciplinary project beneficiary of FONCA-2017-2019), Ecotonos the Art of Extinction (feature film beneficiary of IMCINE-2019), among others.

Gonzaga Gómez-Cortázar Romero studied Audiovisual Communication BA (Hons) at the University of the Basque Country, Bilbao, Spain. During those years he was awarded an Erasmus grant that allowed him to study Film and Communication at the Sorbonne Nouvelle University in Paris. He lived and worked in Lisbon thanks to a Leonardo Da Vinci grant and in London. Gonzaga has also developed his work in the UK, Spain, France, Morocco, India and Malta. He has exhibited in Spain, India and the USA. He is currently the Co-director of A LA LUZ, an arts organisation that focuses on documenting contemporary art with film and photography and disseminating it to a global audience. He also works with ‘Joya: arte + ecología‘, a non-profit arts organisation based at Cortijada Los Gázquez, in the Sierra María-Los Vélez natural park (Almería, Andalucía), where he collaborates with artist and scientists from all over the world. Gonzaga also collaborates in audiovisual projects as director of photography and film editor.